Saint Kainex Moonstone
confiezo ke o.o estoy entretenido leyendo la historia del juego de diablo o_o.... la redaccion esta interesante.
----------------------
"Cuando llegamos a Tristán, nos tomamos nuestro tiempo antes de meternos en la catedral. La ciudad tenía una bonita posada si recuerdo bien. Es cierto que había algo maligno que emanaba de aquella vieja iglesia: se podía sentir. Ahora, mis compañeros y yo no queríamos admitir que teníamos miedo, así que cuando se nos acabaron las excusas para escaquearnos, nos adentramos. Y déjame decirte que nunca había olido a muerte como en aquel sitio. Una vez dentro, nos atacaron los muertos vivientes". Hizo una pausa para ver si me reía incrédulo de lo que acababa de contar.
Como no lo hice, continuó. "Eso, muertos vivientes. Me he enfrentado a los muertos vivientes varias veces, pero nunca te acostumbras. Piensas que estás preparado, pero tienes algo clavado en el estómago, esa horrible sensación. Se te llenan las manos de sudor, y te cuesta empuñar la espada... te planteas tu cordura por haber bajado para enfrentarte a algo así. Y el hedor es inimaginable. Pero salíamos del apuro, había empezado a llegar al otro extremo, en el que mitigas esa inestable sensación y la usas para impulsarte".
En este justo momento su estado de ánimo se ensombreció perceptiblemente. Me acerqué un poco más para no perderme ni un detalle.
"Entonces todo empezó a ir mal. Empezamos a encontrarnos con esas, esas cosas... oscuras... diablillos o demonios... o caídos, me parece que se llaman así. Había tantos, eran todo cuernos y ráfagas rojas, nos atacaban desde todos los flancos. No creo que nunca se pueda estar preparado para una cosa así. Nos desorientamos, lo cual era fácil con tanta oscuridad...
--------------------------------------------------------
----------------------
"Cuando llegamos a Tristán, nos tomamos nuestro tiempo antes de meternos en la catedral. La ciudad tenía una bonita posada si recuerdo bien. Es cierto que había algo maligno que emanaba de aquella vieja iglesia: se podía sentir. Ahora, mis compañeros y yo no queríamos admitir que teníamos miedo, así que cuando se nos acabaron las excusas para escaquearnos, nos adentramos. Y déjame decirte que nunca había olido a muerte como en aquel sitio. Una vez dentro, nos atacaron los muertos vivientes". Hizo una pausa para ver si me reía incrédulo de lo que acababa de contar.
Como no lo hice, continuó. "Eso, muertos vivientes. Me he enfrentado a los muertos vivientes varias veces, pero nunca te acostumbras. Piensas que estás preparado, pero tienes algo clavado en el estómago, esa horrible sensación. Se te llenan las manos de sudor, y te cuesta empuñar la espada... te planteas tu cordura por haber bajado para enfrentarte a algo así. Y el hedor es inimaginable. Pero salíamos del apuro, había empezado a llegar al otro extremo, en el que mitigas esa inestable sensación y la usas para impulsarte".
En este justo momento su estado de ánimo se ensombreció perceptiblemente. Me acerqué un poco más para no perderme ni un detalle.
"Entonces todo empezó a ir mal. Empezamos a encontrarnos con esas, esas cosas... oscuras... diablillos o demonios... o caídos, me parece que se llaman así. Había tantos, eran todo cuernos y ráfagas rojas, nos atacaban desde todos los flancos. No creo que nunca se pueda estar preparado para una cosa así. Nos desorientamos, lo cual era fácil con tanta oscuridad...
--------------------------------------------------------